domingo, 24 de julio de 2016

El arte de la narración contemplativa.


A diferencia de la narrativa occidental, que necesita del choque violento entre dos opuestos a lo largo de tres o cinco actos para generar una historia, el Kishōtenketsu parte de la contemplación del universo, de entender cómo es y aceptarlo tal cual. 
Teniendo su origen en la poesía china, tiene una estructura en cuatro actos en los que se narran dos eventos que en apariencia no tienen relación, pero la suma de ambos forma un todo que los trasciende.
La primera vez que oí sobre esta estructura fue gracias a una entrada de la guionista y consultora Ana Sanz-Magallón, quien hacía referencia a su vez a un artículo con un cómic que servía de ejemplo perfecto para ilustrar esta estructura.

Estructura narrativa occidental: los tres actos.

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Estructura narrativa oriental: Kishōtenketsu

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Tradicionalmente hemos entendido la narrativa según el modelo Aristotélico de los tres actos, teniendo el conflicto como corazón. En el ejemplo podemos ver a la chica que quiere sacar un refresco de la máquina, sin embargo, con un punto de giro algo ocurre: la lata no cae. Se genera una tensión ante la posibilidad de que la máquina se haya tragado la moneda. La chica vuelve a intentarlo y finalmente la lata cae, resolviéndose la historia con un final feliz.Skip Intro - Estructura en tres actos - vonnegut
Según el Kishōtenketsu, la estructura tendría cuatro actos: Introducción, desarrollo, giro y reconciliación. En el cómic vemos primero a una chica en una máquina de refrescos que saca una lata sin ningún problema. Inmediatamente después, vemos a un chico sentado. Aparentemente no tiene relación con lo que hemos visto, simplemente está esperando u observando en un lugar completamente diferente. Finalmente y para concluir el relato, la chica le da la lata. Es entonces cuando vemos la unidad global ya que entendemos que hay una relación entre los dos primeros actos y los dos últimos: ambos se conocen, ambos están juntos, la chica le ha dado algo de beber. Sin embargo, no hay lucha. No existe conflicto. Ella consigue la lata, él simplemente espera. Zen en estado puro.Skip Intro -kishotenketsu - Estructura

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Estructura Kishōtenketsu en el cine.

Obviamente este tipo de estructura no es muy habitual en otros medios como puede ser el cine. No en vano, es una invención occidental y su narrativa está firmemente atada al paradigma aristotélico, haciendo que el espectador demande sistemáticamente este tipo de estructura para disfrutar de la historia.
Sin embargo encontramos algún ejemplo de Kishōtenketsu en películas orientales y que han protagonizado un notable éxito incluso ante el público occidental, a pesar de servir como primer acercamiento a este tipo de estructura. Es el caso del genio de la animación Hayao Miyazaki y su obra de culto "Mi vecino Totoro".
En dicha película se narran las vacaciones de verano de unas niñas en un entorno rural, mientras esperan a recibir noticias de su madre en el hospital. Sin embargo, lejos de hacer hincapié en el drama de la espera y el los sentimientos de tristeza de unas niñas ante una madre ausente, la película sucede en gran parte de su metraje de forma contemplativa ante la maravilla mágica del bosque. Pasamos gran parte de la película descubriendo a través de los ojos de la más pequeña las flores que crecen alrededor de la casa, explorando túneles escondidos entre la maleza o durmiendo bajo la sombra cálida de un enorme árbol.
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No existe conflicto ni desafío, únicamente el placer de dejar pasar el tiempo, como lo hacíamos de niños durante las vacaciones de verano. No es hasta bien avanzada la historia que entra de lleno el conocimiento de la enfermedad de la madre e incluso la tensión en su tercer acto, con la desaparición de la más pequeña.  Sin embargo, lejos de aburrir y generar rechazo en el espectador occidental durante su primer y segundo acto, genera una sensación de paz y tranquilidad porque esa estructura funciona, a pesar de que en apariencia "no ocurre nada". 
EXTRAÍDO DE guióndecine.com 
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lunes, 11 de julio de 2016

El poder las imágenes

Lo más importante no está dicho, lo más importante queda en el silencio, siempre.

En el entredicho, digo yo. Y así habrá de quedar. Por mucho que te desgastes tratando de explicarlo, nada será dicho. Pero se hizo el intento. ¿Lo entenderán? Tal vez algún día.

El caso es que a veces no es tan chévere que te pongan atención. O que el corto le haya llegado a muchos. A veces es preferible que llegue a dos o tres, pero que lo agarren por donde vos quisiste sacarlo.

Suele suceder que las películas son como los arqueros de fútbol: cuando hacen bien su trabajo pasan casi desapercibidos. Tienen  que ser espectaculares para que los espectadores los valoren por la obra en sí y no por sus implicaciones.

Uno quisiera que le hicieran más comentarios sobre la fotografía (se recibieron algunos), de los problemas técnicos o sobre la edición (también hubo un par) o de los mismos actores y no tanto de las relaciones del argumento con la realidad, a fin y al cabo YNTAN es ficción, arte. Y como tal debería ser valorado.

Sin embargo es decepcionante que, incluso, personas con cierto nivel de lecturabilidad traten de vincular la obra directamente con tu vida. Se hace, en la mayoría de los casos, por sevicia, alevosía, obvio. Hay unas ganas de dañar, de buscar significados ocultos en tu llaga a través del cortometraje y sobre todo cuando la fábula va por el lado del dolor, del psicoanálisis y la autocrítica.

¿Será por eso que los cineastas colombianos no filman más historias intimistas? ¿acaso les da miedo que los destrocen en esta sociedad colombiana? ( escribo esto mientras escucho los gritos caninos de dolor y maltrato provenientes de la perrera al lado de mi casa). Puede ser lo mejor. La opinión pública en cualquier parte del mundo es cruel y prejuiciosa. Pero Colombia es caso aparte. Aquí el inconsciente colectivo se mueve por parámetros enfermos y caníbales. Mucha de esa responsabilidad tampoco se  puede depositar, toda, a la barbarie nacional.

Puede ser un acto de egoísmo también, en el mejor de los casos: te comento sobre tu miseria, pero no sobre la sublimación que hiciste sobre esa miseria, parecieran decir.

El caso es que han pasado casi dos años desde el rodaje de ES DOMINGO y muchos de los encuentros que tengo por la calle, y el tema de conversación, son vinculados directamente a un simple ejercicio intelectual cuasi literario. ¿por qué? Tengo otras obras posteriores también, ¿qué tal si hablamos mejor de ellas: ahora estoy en otro lugar mental distinto a YNTAN.  ¿No está muy pasado de vigencia el temita de la soledad? Ya no es obsesión. Tal vez no esté superado, pero ya no me siento tan solo en mi soledad. Un montón de amigos y amigas se están divorciando este año por las mismas razones por las que yo me divorcié: porque me siento menos solo estando solo que con ella, mi ex mujer.

 El poder las imágenes. ¿por qué no funciona igual con la poesía? o ¿con los cuentos? o ¡con los pintores! (los bailarines definitivamente no corren con esos riesgos, por eso dicen que la escritura es un oficio peligroso).

¿Por qué no se puede mirar una obra desligada a tu biografía personal? ¿Por qué media humanidad quiere ser el biógrafo autorizado de la otra media humanidad? ¿Hubo acaso mucho identificación con la trama? O mucha identificación con el autor. Pasa. Y pasa mucho.

A veces lo peor de todo, es que la gente que anda involucrada emocionalmente con vos, enamorados en el sentido más sicarial del término, tenga acceso a tus productos creativos. Te podrían destrozar.



lunes, 4 de julio de 2016

El difunto Kiarostami, RIP, QEPAD, SOS, WOW, LOL, WTF, etc.

Ya sé que queda muy mal hablar de los muertos y hablar mal. Pero siempre sospeché de las películas sobre niños y especialmente las de Kiarostami. Para mí, el difunto siempre fue un pedófilo encubierto y nunca se demostró lo contrario. Sin embargo, este corto es de una ternura mayúscula y aunque se crea que es una historia sobre la infancia, en realidad esta es una historia sobre los perros, un homenaje al diálogo entre la zorra y el Principito: