miércoles, 20 de enero de 2016

Invierno de Fuguet, como un paraíso extraviado

´´Hay gente que te tira a dañar y otra que simplemente lo logra´

En el 2013, escribí esto sobre una película que me marcó para siempre:

... ´´ Porque la película que quise postear aquí, nunca la encontré otra vez. Su título no lo recuerdo, solo está en mi cabeza .

(¿Dónde he ver de nuevo esa película que una vez vi con mi padre en el teatro Libia de Medellín, gringa, setentera, sobre unos seres que pierden a un amigo, a un hijo, a un hermano y todo es un duelo? ¿Cómo se llamaba?) Quién sabe. 

De pronto me la encuentre algún remoto día y vuelva a abrir, entonces, este blog.´´... 

Se trataba de una película sobre un ausente. Mucho más que un suicidio o una muerte o un duelo, era una película sobre cómo una pequeña comunidad quedaba impactada tras el irse de alguien para siempre.



Lo escribí ese día porque ha sido la película que más traumas me ha dejado. Pero traumas positivos, traumas a lo bien, si eso existe. Traumas estéticos sobre lo bonita que puede llegar a ser la muerte si se sublima, si se lleva a un próximo nivel.

Aquello lo escribía porque quería cerrar un blog y porque estaba cansado de ver tanto cine, cine en mayoría insulso, que no me decía nada.

En ese 2013, pues, Alberto Fuguet estaba terminando una película llamada Invierno, la cual apenas fue estrenada en el 2015.


Veo hoy la cinta de Fuguet y me sorprendo de cuanta similitud tiene con la película referida. Como una especie de remake, Invierno ha logrado revivir mis viejos sentimientos por el tipo de cine que me formó y que me gustaría ver más a menudo, el de mi educación sentimental, mi cine, el cine tipo Teatro Libia de la ciudad de Medellín. Es como si se me hubiera cumplido el deseo de encontrarme de nuevo aquella película que fui a ver con mi padre y que alguna perdí para siempre, como a un paraíso extraviado.

De estas películas ahora se hacen pocas o llegan pocas, pero deberían hacerse más.

 El tema de un ausente y las reacciones alrededor de ese ausente. Qué buen tema, cuanta claridad de ideas nos dan esta película.


viernes, 1 de enero de 2016

Algo pasa con el cine

Nunca me había sentido tan identificado en mi vida adulta con un personaje como el que interpreta DeNiro en esta película, acerca de todo lo que significa trabajar por un producto de entretenimiento cualquiera que sea, los sinsabores y sobre ser un incomprendido por las personas que te rodean.

 La película también trata sobre el carácter purificador que tiene el salvajismo detrás de cámaras, de cómo la persona, que se mete a producir, sólo tiene dos alternativas: o te vuelves un intolerante a los comentarios ajenos y terminas volándote la tapa de los sesos, ó te conviertes en un malabarista del mundo y sus crueldades aprendiendo a vivir así.

Este productor es un verdadero héroe, pues logra mantener los tensores de la personalidad hasta después de la mediana edad cuando el ser humano se ha convertido ya en un mar de susceptibilidades.

Cinco estrellas para la presa sangrante de la sensibilidad en boca del cocodrilo.