lunes, 21 de septiembre de 2015

El video y yo

El siguiente texto hace parte de la historia de este cortometraje. Fue publicado en Las 2 Orillas y recoge mucho del espíritu del cine que me gusta y que quiero hacer:

Santiago Gómez, pionero del video en Colombia

“Su actitud de contar bien en vídeo, le podía salvar la vida al cine colombiano”
Por: William Francisco Zapata Montoya agosto 15, 2014
Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Las2Orillas.
Santiago Gómez, pionero del video en Colombia
Hace 20 años, aproximadamente, yo le pedía una entrevista a un man de mi edad, que acababa de ganarse un premio nacional con una película en video. ¡EN VIDEO! Era de no creerse. Al man yo lo admiraba. Como a pocos en Medellín. Casi ningún trabajo audiovisual me ha despertado la fascinación que me despertó DIARIO DE VIAJE, de Santiago Gómez, en su momento.
En las universidades se discutía que el cine no podía ser en vídeo. Que el cine tenía que ser en 35 mm o en 16 mm. Yo, como también me había acabado de ganar un premio con un cortometraje en vídeo, sentía que el cine podía ser posible con cualquier camarita. Mi premio no era tan teso como el de Santiago, era más local, pero me había movido todos los cimientos: comía y respiraba cine.
Por la época también había salido DIRECTO CHAPINERO, otro cortometraje hecho en vídeo. A ellos también los entrevisté. Pero, del resto, no encontraba a nadie. Me sentía muy solo en mi convicción de que la ficción en vídeo era posible. Víctor Gaviria y Andrés Burgos también estaban haciendo sus cosas pero en celuloide. Nadie, absolutamente nadie parecía entender que el cine era un lenguaje más que un formato. Estoy hablando del 94, 95, 96. Hasta que apareció Gómez con su Diario de Viaje.
Eso nos voló la cabeza a todos. Muchos miraron pa´ otro lado. No quisieron aceptarlo. Hoy todavía lo niegan. Otros, tímidamente, como Carlos César Arbelaez tuvieron que aceptar la dura realidad, y contar sus primeras cositas en video. De todos modos, yo le hice mi entrevista a Santiago Gómez. Me parecía que su actitud de contar bien, en video, le podía salvar la vida al cine colombiano.
Hoy el cine colombiano insiste en rodar muy bien técnicamente, pero narrando mal. Bueno, al menos a mí no me enganchan las cosas que se promocionan como ´cine colombiano´. O pueden ser los temas, no sé. Pero en el cine todo es forma, sintaxis, sobre todo. Santiago, en cambio, sigue con su actitud, de hacer cine en video, cuando ya el mundo entero le ha dado la razón. Hasta Tarantino y Scorsese ruedan en video. Yo todavía sigo viendo a Santiago como un héroe, como el héroe que nos salvó la vida con una película hecha en video. Dentro de 50 años cuando se hable de la convergencia entre lo análogo y lo digital, espero que lo mencionen como un pionero. Hoy, tengo la oportunidad de tenerlo en mi propia película (sí, hecha en video: ¿quién no hace películas en video?). El man, que una vez veía muy teso como director, hoy es mi actor. Y una profunda influencia al mismo tiempo de este proyecto. Tal vez ni se acuerde de esa entrevista. Yo sí, tal vez fue uno de los primeros correos electrónicos que mandé en mi vida. Una era digital estaba naciendo.

domingo, 13 de septiembre de 2015

Serie web o ¿precuela?

´´La falta de amor por vos mismo, es la que hace de tu soledad una cárcel´´ F. N.

Ahora sigue la disyuntiva. Se hace segunda parte o no se hace. Se vuelve serie web, quizás. No lo sé, tal vez.

El caso es que la historia anda pidiendo cuerda. Mucha gente ya quiere saber que ha de pasar con este tarado emocional. Este sujeto que no vino a la tierra para sostener relaciones duraderas. Hasta yo quiero saberlo.

Pero más allá de eso, es que encontrar un tono para contar las cosas es muy difícil. De hecho, ya es complicado encontrar algo que se quiera contar. Cuando ello ocurre, vos no querés dejar la historia.

ES DOMINGO da para otras dos o tres capítulos de 5 minutos cada uno. De hecho, ya están medio escritos. Solo habría que ir a la caracterización de los personajes y allí se encuentra todo.

Creo que una segunda parte o una tercera, sería muy interesante llevarla a la ciudad, pues de hecho estos personajes son de ciudad. Por el momento viven en el campo y tienen unas vivencias juntos en el campo, en la periferia. ¿pero cómo se relacionarían en la ciudad?

Las condiciones están dadas. Ya hay mejores aprendizajes. ES DOMINGO nos ha enseñado cantidades sobre el asunto de quitarle el misterio al cine, de hacer productos más satisfactorios que rentables, más entrañables que impactantes. ES DOMINGO me ha devuelto un tono que se me había perdido y me ha mostrado nuevos caminos.

Es hora de agradecer a los productores STEVEN OSORNO y VILMA RIVERA. Su principal ayuda ha sido estar más enamorados de la película que yo. Ojalá puedan estar en lo que sigue de ES DOMINGO YNTAN.

Mientras tanto, dejamos aquí un artículo del País de España con muchas de las cuestiones que asaltan a ES DOMINGO.



                 DESESPERADOS POR RELACIONARNOS

ANNA PARINI


Esto se ha trasladado a las relaciones. No solo los productos caducan, algunas relaciones también. Han desaparecido los referentes de nuestras certezas y nos invade la incertidumbre. Hay quien teme establecer relaciones duraderas. Porque los vínculos son frágiles y parece que dependen solo de los beneficios que generan. Son relaciones efímeras, sin compromiso. Satisfacen puntualmente ciertas necesidades. Son relaciones de desconocimiento mutuo y de uno mismo.

Vuestro mal amor a vosotros mismos hace de vuestra soledad una cárcel
Friedrich Nietzsche
Hombres y mujeres se desesperan para relacionarse, ya que se sienten fácilmente “descartables” y abandonados a manejarse con sus propios recursos. Estamos ávidos de encontrar la seguridad que nos ofrece la unión, de encontrar con quien contar en momentos difíciles y de relacionarnos con alguien para huir de la soledad. Al mismo tiempo desconfiamos de que la relación dure. O que se convierta en una jaula que limite nuestra libertad. La idea está cargada de atracción y amenaza al mismo tiempo.
En este espacio podemos sanar traumas pasados y despertar la ligereza y espontaneidad del ser. Estar atento nos puede ayudar para darnos cuenta de lo que cobra vida a través del intercambio con los otros. El problema está en que inhibimos esta chispa por nuestras creencias, normas interiorizadas y temores. Nos domina el miedo a quedarnos privados de amor, a ser abandonados. Y en ese miedo la espontaneidad no tiene oportunidad de manifestarse, e incluso uno acaba convirtiéndose en una marioneta, tratando de quedar siempre bien, por miedo al rechazo.
Cuando disipamos estas inhibiciones y temores, se da la resonancia, la sintonía, la armonía, lo que Piaget denomina el élan y para Jung es la corriente. A la indagación apreciativa la denominamos el núcleo positivo, y para Schellenbaum es la energía vital. Esta se libera en el espacio relacional, del yo con el otro. Cuando se da, uno siente una fuerza ascendente, un impulso que le lleva hacia delante. Sin embargo, estas experiencias de energía vital “no modifican en nada la existencia”, afirma Schellenbaum, “a menos que no se truequen en una sensación vital nueva y fundamental, que penetre en todos y cada uno de nuestros pensamientos y acciones”.

Cultivar emociones positivas


ANNA PARINI
Nos abre a los demás y a una vida más plena. Nos enfocamos en lo que funciona y lo hacemos crecer, y nos centramos en lo que nos da vida. También es necesario saber gestionar el sufrimiento para que no sea devastador y no permitir que ciertas personas o relaciones tóxicas contaminen nuestros espacios internos. Cuando esto ocurre, empezamos a hacer suposiciones y a pensar mal, sembrando desconfianza. Se abre la puerta a la negatividad y al malestar. En esos casos preste atención a no alimentar las suposiciones negativas ni a sacar conclusiones de todo precipitadamente. Tenga la valentía de preguntar, aclarar y expresar lo que quiere. Fomente una buena comunicación, así evitará los malentendidos, las tristezas y los dramas.
Para ello es bueno expresar lo mejor de sí mismo. Recuerde cómo se sentía cuando estuvo en un momento vital pleno. Intente revivirlo. En ese estado, uno es creativo e intuitivo. Barbara Fredrickson define el florecimiento como el sentirnos plenamente vivos, ser creativos y resilientes (capaces de sobreponerse a la adversidad), y sentir que crecemos y tenemos un impacto positivo en nuestro entorno. Cuando estamos abiertos a recibir,brotan nuestros impulsos creativos y se manifiesta nuestro potencial.
Para lograrlo, Fredrickson recomienda: ser conscientes de que la sinceridad importa en nuestros intercambios. Encontremos y vivamos el sentido positivo con mayor frecuencia en la experiencia diaria. La amabilidad cuenta, enfocarse en los demás y en cómo pueden crear una diferencia. Vivamos con pasión y démonos permiso para jugar.
Desafortunadamente cargamos heridas que nos llevan a establecer relaciones en las que, en lugar de impulso creador y vitalidad, hay control y estancamiento. Nos enredamos yendo por senderos en los que el amor resulta un problema sin solución. Entramos en juegos complejos yendo al encuentro de la otra persona, con la intención de satisfacer la necesidad de un amor que parece que perdimos o se nos escapó. Juegos que nos dejan con una insatisfacción constante, frustrados, deprimidos, desesperados, solos y exhaustos, y nos provocan sentimientos de culpa, de ­inadecuación y de impotencia.
Vamos al encuentro del otro con ese bagaje y con la esperanza de obtener su energía y la llave para abrirnos a la vitalidad esencial. Al no satisfacerse nuestras expectativas, sentimos rechazo, le hacemos sentir culpable y finalmente le abandonamos. Estos juegos, que Schellenbaum denomina los juegos del amor, nos encierran en un círculo vicioso que merman nuestra capacidad de dar y recibir y nuestra autoestima. Si queremos encarnar todo nuestro potencial, es importante no darle vueltas a recuerdos dolorosos, a revivir heridas pasadas, a seguir pisando nuestras huellas traumáticas. Al revivir viejos recuerdos determinamos cómo estamos y lo que creamos no nos revitaliza.

Para saber más

Libros
Afortunado el hombre que no es. Jiddu Krishnamurti
Los cuatro acuerdos: una guía práctica para la libertad personal. Miguel Ruiz
Positividad. Barbara Fredrickson
La herida de los no amados. Peter Schellenbaum
Para lograr vivificar nuestra existencia en todos sus aspectos, mental, emocional, espiritual y corporal, es importante prestar atención a qué preguntas nos planteamos. Cuando, por ejemplo, me pregunto: ¿me aman lo suficiente? La respuesta casi siempre será que no. Al plantear esta pregunta incorrecta entro en respuestas que merman mi capacidad de ir al encuentro del otro con espontaneidad, revivo recuerdos que abren mi herida de no haber sido suficientemente amada y entra de nuevo la desesperación, la sensación de no valer y el rechazo al otro que no me ama bastante. Y para tapar mi herida lo justifico con que “otra vez es el hombre o la mujer equivocada”.
Sugiero aplicar la indagación apreciativa en la que aprendemos a recuperar recuerdos de experiencias vitales significativas, vivencias de superación y plenitud, para abrirnos a ver y vivir lo que realmente anhelamos. Con esa apertura estamos dispuestos a vivir un presente en el que podemos crear las condiciones para florecer en las relaciones. Puede preguntarse: ¿qué aprendió de esa situación?, ¿qué le aportó y qué aportó usted a la relación?, ¿dónde encontró su fuerza para avanzar?, ¿qué hay en su interior que le impulsa hacia delante? Si la situación ideal estuviera ocurriendo, ¿qué estaría pasando?, ¿cómo estaría usted?, ¿qué haría diferente? No piense en lo que deberían hacer los demás. ¿Qué haría usted para crear las condiciones en las que su energía fluya? ¿Cómo se expresa su personalidad en su mejor forma, cuando se muestra pletórico y se siente rebosante de vitalidad?
Nuestros procesos vitales se activan en la medida en que establecemos relaciones. De todas maneras, debemos prestar atención a cómo las realizamos, ya que, a falta de amor, algunos se lanzan de cabeza al amor al prójimo por su propio placer. Ayudan desde su necesidad de reconocimiento, renuncian a sí mismos y pretenden librarse de la presión de una existencia carente de amor propio.

El amor estalla en nuestra vida en cuanto desaparece nuestra resistencia contra él
Peter Schellenbaum
El conocimiento de uno mismo facilita el proceso de pasar del miedoa ir al encuentro del otro de una forma más abierta, tolerante y relajada. Conocerse implica salir de la sensación de autoabandono en el que uno se ha alejado de su propio ser. Nos preocupa tanto la opinión exterior, dedicamos tanta energía a complacer a los otros, que abandonamos el cultivo del amor propio, curativo y sanador. En la tradición judeocristiana se ha ido creando un temor al amor propio por no caer en la esclavitud del yo, del egocentrismo. En cambio en el budismo no existe la liberación por factores ajenos, sino la autoliberación. Es a través del amor propio y de la compasión como uno se libera de la esclavitud del yo.
Para conocerse a uno mismo es necesario darse espacios en los que uno no tenga nada planificado, para estar disponible a lo que emerja de dentro y de fuera. Verse en su interior exige un esfuerzo de introspección. Comunicarse con uno mismo es el primer paso para armonizar cualquier malestar. Obsérvese: qué le pasa, cómo se siente, quién gobierna su mente. Puede preguntarse: ¿qué sucede conmigo cuando no rechazo la soledad y la pasividad como algo inapropiado, sino que permito un espacio para estar conmigo? ¿Qué ocurriría en mi vida si me reservo algunas zonas libres de obligaciones, que permitan un vacío en el cual pueda escucharme y pueda aflorar lo que quiere nacer en mí? ¿Qué se generaría en mí si me guardo algunos espacios en blanco en la agenda, para estar disponible? Disponible para mí y para lo que quiera manifestarse en mi vida. Permitiéndonos esto, “despertamos de la hipnosis social, que nos ha hecho confundir el tejido de nuestras obligaciones con la vida en sí misma”, como dijo el filósofo británico Allan Watts.
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